El nuevo y rediseñado Toyota Mirai, un vehículo que funciona con pila de combustible de hidrógeno (FCEV por sus siglas en inglés), utiliza amortiguadores KYB como primer equipo.
La primera generación del Mirai se lanzó en 2014. Los FCEV funcionan con hidrógeno y son lo último en automóviles ecológicos, puesto que proporcionan una amplia autonomía de crucero (hasta 502 km en el caso del Mirai) y un corto tiempo de repostaje con cero emisiones. Mirai es la palabra japonesa del futuro. Toyota comenzó el desarrollo de pilas de combustible en Japón a principios de la década de 1990, y ha desarrollado una serie de vehículos con pilas de combustible sometiéndolos a más de 1.600.000 km de pruebas en carretera.
Para lograr una dirección suave y fluida, un agarre óptimo en las curvas y una conducción cómoda y de alta calidad se utiliza un nuevo sistema de suspensión. Consta de una suspensión multibrazo de soporte superior en la parte delantera y suspensión multibrazo de soporte inferior en la trasera. Además, posee una gran rigidez tanto en la parte delantera como en la trasera para contrarrestar así el desplazamiento lateral en las curvas consiguiendo unas prestaciones precisas y estables en la conducción. El vehículo está equipado con nuevos amortiguadores KYB tanto en el eje delantero como en el trasero proporcionando una excelente respuesta de la dirección, y un mayor nivel de comodidad y sofisticación con una respuesta inmediata desde el primer momento.
Toyota ha vendido más de 10.000 unidades del modelo Mirai original a pesar del elevado coste de los vehículos de hidrógeno. Su objetivo es que esa cifra aumente hasta 30.000 con el nuevo modelo. Toyota ha reducido, en comparación con su predecesor, el coste del sistema de pila de combustible en un 95%, fabricando componentes más pequeños, ligeros, eficientes y con un menor precio de producción por unidad.
En palabras de Jordan Day, Director de Marketing de KYB Europe: «Dado que la UE tiene un objetivo de 30 millones de automóviles con cero emisiones para 2030 y neutralidad
climática para el año 2050, KYB se compromete a trabajar con los fabricantes de vehículos para proporcionar una suspensión de primera clase en sus desarrollos de vehículos ecológicos».