El control electrónico de estabilidad o ESC (por sus siglas en inglés) es un sistema electrónico integrado, prolongación de la tecnología antibloqueo de frenos. Su función es la de estabilizar el vehículo y evitar que derrape aplicando cierta presión de frenado en una o más ruedas, según sea necesario.
Un conjunto de sensores del ESC facilitan información sobre las condiciones de funcionamiento del vehículo a uno de sus ordenadores de a bordo. Cuando el ordenador detecta que el vehículo está perdiendo el control, que se inclina demasiado o que los neumáticos empiezan a perder tracción, inmediatamente comienza a reducir la velocidad a través del sistema de gestión del motor y, a continuación, aplica individualmente la fuerza de frenado necesaria para mantener el control del vehículo.
El ESC está en el mercado desde 1995 y en 2014 se hizo obligatorio para todos los nuevos vehículos vendidos en la UE. Hoy en día, aproximadamente el 80-90 % de los automóviles que circulan por las carreteras europeas están equipados con tecnología ESC.
El cinturón de seguridad del siglo XXI
La mayor parte de los accidentes en los que se pierde el control del vehículo suceden al conducir sobrepasando los límites de tracción del mismo, como en condiciones de sobreviraje o subviraje, o en casos de conducción demasiado rápida para las condiciones existentes. Los estudios muestran que el ESC podría reducir los accidentes mortales por derrape hasta en un 38 %.
Diversos estudios han demostrado que el ESC es muy eficaz para prevenir la pérdida de control y los choques mortales. Se calcula que, desde que se introdujo el ESC, en Europa se han evitado al menos 188 500 accidentes con heridos y se han salvado más de 6100 vidas. Los vehículos con ESC reducen a la mitad el riesgo mortal por pérdida de control y disminuyen hasta en un 80 % el riesgo de vuelcos. El ESC ha sido descrito por los expertos de la automoción como el avance más importante en seguridad.
¿Cuál es la relación entre el ESC y la suspensión?
¨ La eficacia del ESC está limitada por la capacidad de los neumáticos y la suspensión del vehículo. Si los neumáticos no se agarran a la carretera, el ESC no puede realizar las medidas correctivas necesarias.
¨ Las piezas de recambio (como los amortiguadores) deben restablecer la maniobrabilidad del automóvil a un nivel similar a cuando era nuevo. Algunas piezas del mercado de repuestos (especialmente las de bajo coste/deficiente calidad) no son tan competentes como las de primer equipo. Estas piezas influirán en el rendimiento del ESC.
Los vehículos equipados con ESC, al igual que el resto de vehículos, necesitan la sustitución periódica de las pastillas de freno, amortiguadores y muelles, neumáticos y otras piezas consumibles. Asegúrese de elegir piezas de recambio diseñadas para restituir las capacidades de manejabilidad y control del vehículo según fueron concebidas originalmente. Restaurar las condiciones originales de conducción y control es fundamental para el rendimiento del ESC. Incluso con el ESC, las acciones de detenerse y girar siguen dependiendo de una buena tracción de los neumáticos. Esa buena tracción de los neumáticos está fundamentada en que tanto amortiguadores como muelles funcionen correctamente, manteniendo el neumático en contacto firme con la carretera. Es importante recordar que el ESC de un automóvil se calibró cuando este era nuevo, por lo tanto, si se utilizan amortiguadores, frenos o neumáticos desgastados o de baja calidad, el ESC podría no contar con las herramientas adecuadas para desempeñar correctamente su tan esencial función para la seguridad.
¿Por qué escoger amortiguadores KYB para vehículos con ESC?
Todos los proveedores de primer equipo, como KYB, están de acuerdo en que los amortiguadores en mal estado pierden su eficacia tras 80 000 kilómetros (50 000 millas). Esto se debe al debilitamiento paulatino de las válvulas que están en el interior del amortiguador. Se trata de un deterioro muy sutil en el rendimiento, tanto es así que a menudo el conductor no lo nota. Es por eso por lo que es tan importante el asesoramiento técnico cuando se trata de mantener un vehículo funcionando de la forma más segura, con un buen mantenimiento de frenos, neumáticos y suspensión.
Con frecuencia, los amortiguadores del mercado de repuestos de baja calidad están diseñados y desempeñan su trabajo de forma distinta a los amortiguadores de primer equipo. La eliminación de elementos como los muelles de rebote internos, así como la insuficiente calidad de los materiales y del fluido hidráulico, son factores que hacen que la unidad no funcione de la manera que el ESC pretende, haciendo que todas las medidas calculadas sean erróneas. Los amortiguadores KYB están calibrados especialmente para el mercado de repuestos. Estos restauran las capacidades del ESC a su estado original no solo actualizando el rendimiento de la unidad del amortiguador, sino ajustando las válvulas interiores de forma específica teniendo en cuenta el desgaste de los soportes y casquillos adyacentes, lo que garantiza que todo el sistema de suspensión funcione en conjunto como si fuera nuevo y, lo que es más importante, haciendo que el automóvil vuelva a funcionar tal y como el ESC necesita que funcione. El amortiguador KYB es, por este motivo, la elección preferida entre los profesionales del sector, incluso por encima de piezas de primer equipo recibidas directamente del fabricante del vehículo.